La campana mayor de San Martín de Améscoa, 1959
Campana mayor de la iglesia de San Martín de Améscoa Baja
(Fotografía de Gaizka Eraña)
En 1958, el día de la Ascensión, según recuerdo de Marce Bados, la campana mayor de la iglesia local de San Martín de Améscoa Baja, también bajo la advocación de San Martín de Tours, dejaba de existir como tal. El daño era tal, que no había otra solución que refundirla y para ello se llevó a Pamplona.
Las campanas, obviamente las de las iglesias ya que en los pueblos no había otras, cumplieron durante siglos una función insustituible en las pequeñas localidades rurales. Con frecuencia, lo de menos era marcar las horas, porque en trabajos al aire libre y cielos despejados todos se guiaban por el sol. Los toques de campana han anunciado: invasiones, bandidaje, incendios, agonías, fallecimientos, nacimientos, bodas, procesiones, rosarios, oración, misa, nublados, festividades, etc. Y han sido volteadas para guiar a personas perdidas por niebla o nieve, o para ahuyentar a los nublados y las tormentas.
El proceso de "reencarnación" de la campana vieja debió discurrir felizmente y de los apuntes que me dejó mi maestro y amigo don Luciano Lapuente y de algunas informaciones más que me han facilitado, aderezo esta noticia.
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