El servicio militar en Améscoa 1770-1807. Dinero o funeral.


El servicio militar en Améscoa 1770-1807. 
Dinero o funeral. 



Este valle se ha visto implicado a lo largo de su historia en episodios armados por su situación fronteriza, especialmente en los siglos XIV y XV. En defensa de su territorio y ante actos de bandidaje de mercenarios y cuatreros alaveses y guipuzcoanos. 

Y más tarde, algunos de sus vecinos han sido soldados profesionales u ocasionales al servicio de los Baquedano o de los Eulate. 

Pero no habían sido obligados a formar parte de un ejército en períodos prolongados de tiempo. Estas  fórmulas chocaban además con el régimen foral navarro, que solo consideraba esta prestación legítima en caso de invasión.

Bajo el reinado de Carlos III se producen los primeros alistamientos forzados en 1770 y 1773, y afectan al menos a dos amescoanos, que cumplen un servicio militar de ocho años en las Indias y fallecen ambos en ese período.

Instaura este monarca el sistema de reemplazo y un amescoano más es llamado a Pamplona en 1775 para cumplir con esta nueva modalidad.  

Es en 1781 cuando se sabe de la muerte de los dos mozos amescoanos, ambos vecinos de Zudaire, que llevaban años alejados de su tierra. 

Aquel recuerdo no se había borrado de las mentes de sus convecinos cuando se anunció, en 1807, que siete mozos más eran llamados a cumplir el servicio militar y la reacción fue inmediata.

Y lo cuento.

Ver el documento completo.


El acuerdo de Atarmin entre Aranarache y Eulate en 1675.


El acuerdo de Atarmin 
entre Aranarache y Eulate en 1675. 

Boquete del Puerto Viejo de Aranarache (Diciembre 1984)

Desde su poblamiento los valles amescoanos han buscado el acceso hacia el corredor norte, por donde discurría la calzada romana más importante de la península, la Asturica-Burdigala. Hacia la Llanada Alavesa al oeste o hacia la Burunda al este.

En Améscoa Alta, Eulate y Larraona tuvieron dos puertos diferenciados según una u otra opción. Podían hacerlo holgadamente porque su muga con el cresterío norte era larga, pero el caso de Aranarache era diferente. Su límite con la sierra era y es reducido y muy escarpado y tuvieron que estirar el trazado de su puerto hacia el Este (hacia términos de Eulate) a fin de darle una pendiente razonable. 

El paraje en disputa tenía el nombre de Atarmin y se convirtió en objeto de pleito, litigio y fuente de problemas y gastos para ambos ayuntamientos de Améscoa Alta, que eran municipios independientes con regidores propios, pero con un alcalde único para todo el valle (que debía ser hidalgo y natural y vecino de Eulate).

Hasta que decidieron darle solución razonable. 

El mes próximo hará 350 años del acuerdo.

Y lo cuento.  


Datos sobre mapa de IDENA de NAVARRA 





Miradas y reflexiones 012

“Adan y Eva en el Paraíso” de Lucas Cranach el Viejo (1472-1553). 
Archivo de Wikimedia Commons. Gemäldegalerie der Staatlichen Museen zu Berlin. Fuente fotográfica:  Till Niermann, 6 de junio de 2008. 


 Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿cómo sería la primera noche de amor del género humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que "parirás con dolor y tu marido te dominará". Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa.

Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-2015)




 

La estela de Ameskoazarra, Intzura

Anverso y reverso de la estela de Ameskoazarra, 
(Fotografía del archivo de Luciano Lapuente obtenida 
por Mari Carmen Galdeano, tratada posteriormente)

  Hay que decir, en honor a la verdad, que ya J. M. Barandiaran cita en su informe de 1921, con motivo de su visita a la estación dolménica de Urbasa, el hallazgo de una estela discoidea en el Monte Limitaciones. Esta estela fue bajada años después por Luciano Lapuente a San Martín de Améscoa. Dicho sea como prólogo.

 He utilizado para representar este apartado de las estelas discoideas como "señas de identidad" amescoanas, la estela de Ameskoazarra/Intzura, que estaba situada en la plataforma del mismo nombre. Ya fue descrita por Luciano Lapuente en la segunda entrega de su Estudio etnográfico de Améscoa, publicada en 1971 en el número 8 de Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra.  

    Y he elegido esta por su antigüedad y por ser la mejor valorada según el criterio de Francisco Javier Zubiaur Carreño (Pamplona, 1950) y Antxon Aguirre Sorondo (San Sebastián, 1946-2014), ambos buenos conocedores de la materia y de nuestras estelas. Supieron y conocieron la riqueza de nuestro patrimonio cultural en ese terreno gracias al trabajo de localización, catalogación e investigación realizado por Luciano Lapuente, que publicó detallada información al respecto.   

    En el paraje de Ameskoazarra/Intzura hubo fortaleza, iglesia, hospedería y camposanto. De eso hablaré otro día. Ahora toca hablar de estelas. Y de estelas también hablaré otro día, porque el grupo Hilharriak ha hecho un inventario de estelas en nuestro valle en 2022 encargado por Patrimonio de Navarra.

Fotografía tomada desde el alto de Larregoiko, sobre Zudaire, 
en sentido E-SE.


Vista de la plataforma saliente de Ameskoazarra, Kilómetro 11 
de la carretera NA-718 Estella-Olazagutia 
(Fotografía del archivo de Luciano Lapuente obtenida 
por Mari Carmen Galdeano )

 Prosigo. Las estelas discoideas son elementos de piedra tallados con carácter funerario, que precedieron a las cruces de piedra en esa misma función, y que se han situado en las cabeceras de las tumbas de los cementerios y en lugares donde ocurrió una muerte o próximos a donde se produjo esa muerte, como recordatorio de algún fallecimiento alejado de recintos urbanos.

Su forma era antropomorfa, con la parte inferior alargada, representando el cuerpo, y la parte superior más o menos redondeada, representando la cabeza de un ser humano. Lo que hace evidente su dedicación al difunto.

Se trataba de arte popular y eran encargos de los familiares a un cantero, más o menos sofisticados según la dignidad del difunto y las posibilidades económicas de los allegados.  

Casi desaparecieron, especialmente en los lugares muy poblados, al pasar los enterramientos al interior de los templos. Pero se mantuvieron, por muertes más o menos accidentales para darles un recordatorio especial. Y eso parece más frecuente en el ámbito rural, al menos es así en nuestro caso.

Calculo que en Améscoa había más de cuarenta estelas discoideas a mediados del siglo XX y se iniciaron las "bajas"  con la venta de diez piezas al Museo de San Telmo de San Sebastián en 1951, de la iglesia parroquial de Eulate, adscrita todavía a la diócesis de Calahorra. 


LAPUENTE MARTÍNEZ, Luciano (1988). "Estelas funerarias de las Améscoas (Alta y Baja)". Cuadernos de Etnología y Etnografía de Navarra- Número 51. Pp. 235-261. 









Emilio Redondo, el prospector incansable


      Tal día como hoy, 5 de enero de 1999, fallecía un amigo, Emilio Redondo. La fecha no se me escapa de la memoria, porque otro 5 de enero, en este otro caso de 1976 y a causa de accidente de trabajo, murió mi padre, Elías, nacido en Eulate en 1911.
     Y en cuanto a Emilio, ya le he citado en este blog en más de una ocasión con motivo de sus hallazgos en materia de Prehistoria y Paleontología, y la influencia decisiva que estos han tenido para el conocimiento en especial de Prehistoria de Urbasa. Y no será esta la última vez que lo mencione.
 
    En cuanto a mí, me ayudó en mis tareas de bucear en los archivos en áreas de toponimia, etnografía e historia que había dejado inexploradas Luciano Lapuente, todavía en activo hasta 1990.         
   Su aval para las encuestas orales que hacíamos Arantza Garate y yo de cara a la toponimia, nos fue de inestimable valor en el caso de Améscoa Baja. Su presentación en esa tarea nos abrió muchas puertas.
    Y lo mismo ocurrió con las facilidades que tuvimos para el acceso a los archivos municipales y concejiles de Améscoa Baja, así como los del Monte Limitaciones y los de Santiago de Lóquiz.
    Trabajamos juntos en varios proyectos, Arantzaduia94 uno de ellos, en un intento de recuperar la historia y la cultura del valle.
    Estuvo en ello siempre, hasta que le faltaron las fuerzas.
    Y lo cuento.




Efeméride 004: Ferrerías en Baquedano 1551

Ferrerías en Baquedano 1.551



Se ubica la ferrería en Ubaba/Ubagoa, en la margen derecha del río Urederra. Se utiliza mineral de hierro (magnetita y limonita) del oeste del Monte Limitaciones y de la sierra de Lokiz, con carbón de leña de haya de las Limitaciones y del Realengo.

En el mismo lugar funcionaron de forma intermitente ferrerías o similares hasta el siglo XIX. Esta última, conocida como «Real Fábrica de Armas de Baquedano», estaba activa en 1839.



 Yo había localizado restos que me parecieron ser de una haizeola o ferrería de monte y de una segunda pocos días después. Informé telefónicamente de ambas a persona adecuada de Pamplona en 1990, proporcioné mis datos con precisión y esperé tres años a la persona que se iba a poner en contacto conmigo y venir a ver el hallazgo. No hubo tal.

La haizeola I, entre tanto, quedó muy dañada (hoy no queda nada de ella) en una saca de hayas, pero afortunadamente, la haizeola II seguía y sigue intacta, más o menos.




A los tres años, informé al presidente de la Junta de Limitaciones y le pedí permiso para que nos visitasen personas que yo consideraba expertas y de quienes solicité ayuda. Me autorizó, accedieron ellos y vinieron de Legazpi el 24 de julio, sábado, de 1993, Ignacio Arbide, Jose Mari Urzelay y Manolo Salmerón. Más tarde Javier Aznar, Mertxe Urkiola y otros. Creo que fue precisamente en 1993 cuando fundaron la Asociación Burdinola Elkartea de Legazpi (Gipuzkoa).

Visitaron los emplazamientos, la mina, los zepadis, llevaron muestras y realizaron análisis. Y confirmaron que aquello eran ferrerías, que allí se había trabajado el hierro extraído de la mina próxima. Y con ese conocimiento nos quedamos.

Más tarde lo informamos a quien nos quiso oír para defender, entre otros argumentos nada ligeros, nuestro proyecto de crear un centro de muestra de toda nuestra oferta natural y cultural. Tampoco conseguimos nada.

Por no decirlo que no sea. Y por no agradecer a Burdinola que no quede.