Sí, cumpleaño, en singular, porque alcanzo los 82 pero los otros 81 ya los he ido cumpliendo antes. Poco a poco. Por tanto hoy cumplo solo uno. Ese razonamiento lo hacía Mafalda. Y me he acordado de ella, porque humor nos va a hacer falta para la que está cayendo.
Y he recordado una circunstancia de hace 17 años, 2008. Iba a cumplir 65. Y pensé en hacerme un regalo para mí y me fui a Eulate a preparármelo el día 3 de abril, jueves.
Dormí en casa. Me
levanté pronto, 4ºC en la calle, cogí el Vitara y subí a mi puesto de
observación en las Majadas de Eulate; 0ºC.
A las 6:50’ veía las
primeras luces del alba. La luna estaba muy afilada anunciando mengua. Tuve
escasa compañía. Solo un buitre en posición vigilante sobre un haya cerca del
portillo de Ecala y las yeguas de Julián que subieron pronto a comer a lo alto
de la loma.
A las 7:58 vi salir
el disco dorado y a las 8:10’ di por terminado el espectáculo. En ese tiempo hice 100 fotografías.
Esos 60-70 minutos
que puede durar el preamanecer, es decir el tiempo previo a la salida del sol
en el que la luz va progresivamente abriéndose camino pueden ser un espectáculo
formidable que la naturaleza puede ofrecernos cada día en multitud de lugares
con tal de elegir la posición adecuada. Elección que obedece a criterios
estrictamente lógicos.
Me he procurado este
regalo muchas veces y en todas las estaciones del año y lo aconsejo. Ahora que no puedo hacerlo, lo recuerdo y a partir de que empecé a fotografiarlo lo vuelvo a ver.
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