Eulate y sus estelas funerariasEstela de Anjelikobago en su emplazamiento primitivo
En el territorio amescoano y su entorno, han quedado evidencias arqueológicas con tipología variada de recordatorios funerarios. A lo largo de siglos, un par de milenios si nos limitamos a la talla y omitimos la erección de megalitos, han dejado su huella en la piedra los que aquí habitaron para recordar a los que aquí murieron.
Nuestro valle es un rico muestrario de estelas y lápidas funerarias de diferentes épocas y estilos. Desde construcciones dolménicas, pasando por las atribuibles a la romanización para enlazar con las medievales y llegar a las de épocas más modernas.
Larraona, Artaza, San Martín, Eulate, Limitaciones y Urbasa
Que se tallaron por diferentes motivos de fallecimiento, muchos ya olvidados. Las estelas amescoanas han tenido diferentes y variadas peripecias posteriores y las de Eulate representan bien esa variedad, empezando por las diez ausentes, hoy en el Museo de San Telmo de San Sebastián. Siguiendo por otras, arrinconadas en casas particulares o en el hórreo parroquial. Y otras retiradas del lugar en que su colocación tuvo sentido y que ha quedado en el olvido.
Hacemos aquí un repaso de las estelas funerarias procedentes de Eulate y de lo que de ellas sabemos.
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