En 2006 habíamos ya revisado
la documentación existente en archivos municipales, concejiles, parroquiales,
de juntas de limitaciones (de Améscoa y de Santiago de Lokiz), de Protocolos Notariales del
ARGN, y de una buena cantidad de archivos privados. Me refiero, obviamente al
área abordada en este blog.
Llevaba también probados
diferentes medios y diversos formatos de divulgación de la historia y la
cultura local.
En resumen, quedaba
mucha carga de historia y cultura local por destapar. Se podían ir cogiendo partes
y estudiarlas, valorarlas, procesarlas y hacerlas disponibles. Se podía hacer
eso o no hacer nada.
Y opté por escribir y así preservar y hacer disponible el conocimiento.
Ese, supongo, era el fin del consejo que me dio Barandiaran en 1989: “Escriba, porque lo que no se escribe se pierde”.
Y así empezó “Conociendo
el pasado amescoano” y duró 15 años.
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