Señas de identidad 002: Améscoa tropical en el Cretácico

Améscoa tropical en el Cretácico

Calbarro: Micráster o erizo de mar fósil incrustado en la roca
(Foto: Javier Echeverría)

    Mientras las aguas del recién abierto golfo de Vizcaya cubrían lo que hoy es Améscoa, se produjo una sedimentación y compactación de partículas muy finas en el fondo del mar que formaron las rocas sobre las que se asienta hoy el valle. Son margas, esto es una mezcla de caliza y arcilla, relativamente blandas e impermeables de color grisáceo.

    La profundidad del mar no sobrepasaba los 200 metros y reinaba un clima cálido y húmedo de carácter tropical similar al Caribe actual. La temperatura media de la superficie del planeta era entre 6ºC y 12ºC mayor que la de hoy y la de las aguas profundas de los océanos era casi 15ºC más alta que en el presente.

    De estas condiciones ambientales tan benignas nos quedan en Améscoa abundantes restos fósiles de numerosas criaturas marinas como erizos de mar (los conocidos “calbarros”), corales, esponjas, conchas y caracolas.



    ECHEVERRÍA GARCÍA, Javier (2011), «Historia geológica de Améscoa», en Conociendo el pasado amescoano, III, Pamplona, Lamiñarra. pp. 13-80. 



 

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