Las playas de Urbasa
Cuando hace unos 40 millones de años, la colisión de las
placas ibérica y euroasiática comienza a elevar el fondo marino, lo que hoy son Améscoa y Urbasa se
encuentran a una profundidad de unos 30 metros o menos, en un ambiente costero
con arrecifes de coral, playas y lagunas intermareales batidas por el oleaje.
Se produce una sedimentación y precipitación de materiales calcáreos que
provienen de fragmentos de conchas, caparazones o esqueletos de animales
marinos y de algas y microorganismos del plancton, que originan las rocas calizas
que conforman los escarpes de la sierra. Son rocas duras pero que pueden ser
disueltas por la acción lenta del agua y los elementos y por ello sufrirán la
aparición de tantas grietas, simas y cuevas tan características.
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