Buitre leonado, vecino ejemplar de Améscoa y Urbasa (I)

Buitre leonado, vecino ejemplar de Améscoa y Urbasa (I) 

           Buitre leonado volando sobre el Nacedero del Urederra (Baquedano)

Es muy probable que el buitre fuera residente en esta zona tiempo antes de que los seres humanos fueran habitantes estables. El  hábitat, salvando las Glaciaciones, era incluso más favorable para un ave carroñera dotada de altas capacidades que para el hombre, todavía muy limitado, en cualquiera de las fases del Paleolítico.

Sus posibilidades de prepararse un  albergue/vivienda, que no ha variado en miles de años, era y es de gran simplicidad y se lo construye la pareja con materiales “kilómetro cero”.

En cuanto a su alimentación, aunque la ganadería fue una actividad humana tardía, las manadas de herbívoros que perseguían los cazadores primitivos ya pastaban en los rasos de Urbasa y Limitaciones. Y sus restos (de caza, de parto, de enfermedad, de fin de vida) eran alimento para los carroñeros hubiera o no poblamientos humanos. Y eso ocurría, desde que el mundo es mundo.

Por eso, y porque tradiciones sólidas hacen referencia en Europa a esta especie con notable antigüedad, hay que concluir que el buitre leonado tiene un largo pasado como vecino de estas tierras.


GARCÍA DE ALBIZU, Balbino (2022), «El buitre, un viejo amigo», en Conociendo el pasado amescoano, VI, Pamplona: Lamiñarra, pp. 287-343.



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