La especie del lobo
parece formar parte igualmente de nuestra vecindad desde tiempo remoto en un
territorio con un largo pasado de tradición ganadera. Quizá infundiendo pavor y
odio (miedo y respeto) por los daños causados.
Señala Jimeno Aranguren
que El Príncipe de Viana denominó Ocharan
(Otsaran, valle del lobo) al valle de Arana en un "alarde erudito" cuando cita
las tierras que formaban la antigua o primitiva Navarra. Arana fue el nombre de
Améscoa Alta durante la Edad Media.
Y matiza que ese Otsaran
pudo inspirar el escudo de los Eulate que lució en la puerta de su palacio, hoy
en Pamplona. Y en numerosos y sencillos escudos que adornan algunas vetustas
casas amescoanas.
Sea como fuere, el lobo
fue una pesadilla para los amescoanos por los frecuentes ataques al ganado a lo
largo de siglos y fue perseguido y premiados los loberos que le daban muerte.
Quizás el lobo más famoso
recordado en nuestro valle fue el que dio muerte León Aramburu, natural y
vecino de Artaza, el 10 de diciembre de 1922, domingo.
León Aramburu Ochoa, nacido en Artaza, en 1888, hijo de Leonardo e Isidra, naturales y vecinos de Artaza.
Emilio Redondo Martínez de Guereño, excelente amigo y magnífico contador de sucedidos, recopiló el curriculum del depredador y lo reproduzco aquí.
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