Al final del Neolítico,
con la llegada de la agricultura y de la domesticación de ciertas especies,
nuestra sierra cobró aún un mayor atractivo. El sílex seguía allí, a la mano,
con su interés intacto. Lo mismo que aguas y pastos donde podían herbajear los animales, ya fueran
ganado o piezas de caza.
Suavizado ya el clima,
los veranos se hicieron más largos y también las estancias. Se produjeron
muertes entre gentes próximas y aquel fenómeno del fin de la vida de alguien
querido pareció inspirar el deseo de dar un trato de respeto a sus restos. Y ese
parece ser el objeto, el funerario, de buena parte de los megalitos que se
construyeron para preservarlos.
Vinieron
luego Ignacio Barandiarán y Ana Cava y durante largos años hicieron una completa tarea sobre la Prehistoria de Limitaciones y Urbasa.
Bibliografía importante:
.- ARANZADI, Telesforo de; BARANDIARAN, Jose Miguel de; EGUREN, Enrique de [1923]: «Exploración de seis dólmenes de la Sierra de Urbasa (Navarra)». Edita: Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos. San Sebastián.
.- Con autorización de la Fundación Barandiaran/Barandiaran Fundazioa reproducimos el texto anterior en Conociendo el pasado amescoano, II, 2010. Lamiñarra. Iruñea-Pamplona. pp 13-56.
.- BARANDIARÁN MAESTU, Ignacio; VEGAS
ARAMBURU, José Ignacio [directores, 1990]: «Los grupos humanos en la
Prehistoria de Encia-Urbasa». Edita: Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios
Vascos. Donostia/San Sebastián.
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