San Gregorio Ostiense, fuen un santo romano de hace mil años (literalmente cierto porque murió en 1044), con una vida impregnada de leyenda y unos restos presuntamente sepultados en Sorlada, que gozaba de gran predicamento en Améscoa Alta y Baja.
En
1630 se cita la procesión anual a Sorlada en las Ordenanzas de Larraona y tengo
idea de que la cabeza de San Gregorio se ha utilizado como remedio hasta comienzos del siglo
XX para acabar con diversas epidemias agrícolas, entre otras las “epidemias de ratones”. Según me contaron, se pasaba la cabeza, de
pueblo en pueblo, de un extremo a otro del valle.
Hay
recuerdo, en Ecala, de una copla al respecto que dice:
Como viene pasto de haya,
traemos a San Gregorio,
pa que mate los ratones
y se echen las chicas
novio.
Pero
coplas al margen, el abad de Zudaire decidió en 1797 que no iba más en la procesión a la
basílica de San Gregorio. No porque le cayera mal el Ostiense, sino porque era
mucho palo hacer en un día el recorrido de ida y vuelta a Sorlada, aunque fuera
montado en mula pero por malos caminos.
Y
que tampoco pensaba poner un sustituto de su bolsillo para que oficiara la misa
porque había muy poco fundamento en la procesión y prefería avisar con tiempo.
Y
lo cuento.
(1) Datos de la fotografía: Fecha: 1 de enero de 2016 Fuente: https://www.navarra.es/home_es/Temas/Turismo+ocio+y+cultura/Archivos/Programas/Archivo+Abierto/Documentos/Portada-de-la-basilica-de-San-Gregorio-Ostiense-junto-a-Sorlada_QPMPGsMNFlPwEMpXxiENVA
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