Hace ya más de treinta
años, cuando hacíamos inventario del vocabulario popular amescoano, se citó la
palabra “churra”, conocida por pocos de los presentes. Creo que solo Emilio
Redondo y Xabier Sáenz de Jáuregui sabían con detalle de qué se trataba y para
qué se empleaba. Y la incluimos en la recolección.
No la perdí de vista y años
más tarde me pasó Emilio un par de hojas mecanografiadas con recuerdos de su
niñez sobre los usos que recordaba. Pasaron a mi almacén de materia prima para
ser puestos en valor cuando fuera posible.
Queda claro, por lo que
contaba Emilio, que la “churra” no era solo una herramienta, sino que podía
convertirse en un elemento ritual. Guardamos Arantza y yo una con mucho cariño
que nos fue entregada en un homenaje y había sido preparada, creo recordar, por
Eduardo San Martín.
Yo creo que tanto la "churra" como sus aplicaciones han quedado olvidadas y no está de más rescatar su memoria y sus usos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario