Señas de identidad 008: La huella de Roma

La huella de Roma

                Lápida funeraria de la ermita de la Virgen Blanca (Larraona), fragmentos de cerámica de Terra Sigillata Hispánica de Limitaciones y fragmento de lápida en muro exterior de la iglesia de San Cristóbal (Larraona)

El año 218 a.d.C. los romanos llegan a la península Ibérica por la costa catalana y no tardan en remontar el Ebro, que era navegable hasta Logroño. En el año 179 a.d.C. fundan Graccurris (hoy Alfaro). 

Quizá remontando ríos, como ha sido habitual, desde Calagurris (hoy Calahorra), Ega arriba, Urederra arriba, pisan por primera vez Améscoa.

Opinaba Julio Caro Baroja que los nombres de Baquedano, Baríndano y Gollano pueden deberse a fundus romanos que establecieron sobre poblaciones previas. Sea o no acertada su hipótesis, los romanos están aquí mucho antes del año 1 de nuestra era.

Las lápidas de Larraona, en la iglesia de San Cristóbal y en la ermita de la Blanca. La moneda de Igarmina en Baríndano y la de la Barranca en Limitaciones.

La serie de hallazgos de cerámica, metal y vidrio, de claro carácter doméstico, que prueban la existencia de una vivienda en Limitaciones, descritas por Ignacio Barandiarán Maestu[1].

Todo lo dicho son pruebas irrefutables de que esa presencia se produce en nuestro valle en época muy temprana, pero poco más que evidencias materiales podemos añadir al respecto. Y nada de sus aportaciones culturales e históricas. 

 



1 - BARANDIARÁN MAESTU, Ignacio; VEGAS ARAMBURU, José Ignacio [directores, 1990]: «Los grupos humanos en la Prehistoria de Encia-Urbasa». Edita: Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos. Donostia/San Sebastián. Pp. 168-169

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