Este valle se ha visto implicado a lo largo de su historia en episodios armados por su situación fronteriza, especialmente en los siglos XIV y XV. En defensa de su territorio y ante actos de bandidaje de mercenarios y cuatreros alaveses y guipuzcoanos.
Y más tarde, algunos de sus vecinos han sido soldados profesionales u ocasionales al servicio de los Baquedano o de los Eulate.
Pero no habían sido obligados a formar parte de un ejército en períodos prolongados de tiempo. Estas fórmulas chocaban además con el régimen foral navarro, que solo consideraba esta prestación legítima en caso de invasión.
Bajo el reinado de Carlos III se producen los primeros alistamientos forzados en 1770 y 1773, y afectan al menos a dos amescoanos, que cumplen un servicio militar de ocho años en las Indias y fallecen ambos en ese período.
Instaura este monarca el sistema de reemplazo y un amescoano más es llamado a Pamplona en 1775 para cumplir con esta nueva modalidad.
Es en 1781 cuando se sabe de la muerte de los dos mozos amescoanos, ambos vecinos de Zudaire, que llevaban años alejados de su tierra.
Aquel recuerdo no se había borrado de las mentes de sus convecinos cuando se anunció, en 1807, que siete mozos más eran llamados a cumplir el servicio militar y la reacción fue inmediata.
Y lo cuento.
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