Tal día como hoy, 5 de enero de 1999, fallecía un amigo, Emilio Redondo. La fecha no se me escapa de la memoria, porque otro 5 de enero, en este otro caso de 1976 y a causa de accidente de trabajo, murió mi padre, Elías, nacido en Eulate en 1911.
Y en cuanto a Emilio, ya le he citado en este blog en más de una ocasión con motivo de sus hallazgos en materia de Prehistoria y Paleontología, y la influencia decisiva que estos han tenido para el conocimiento en especial de Prehistoria de Urbasa. Y no será esta la última vez que lo mencione.
En cuanto a mí, me ayudó en mis tareas de bucear en los archivos en áreas de toponimia, etnografía e historia que había dejado inexploradas Luciano Lapuente, todavía en activo hasta 1990.
Su aval para las encuestas orales que hacíamos Arantza Garate y yo de cara a la toponimia, nos fue de inestimable valor en el caso de Améscoa Baja. Su presentación en esa tarea nos abrió muchas puertas.
Y lo mismo ocurrió con las facilidades que tuvimos para el acceso a los archivos municipales y concejiles de Améscoa Baja, así como los del Monte Limitaciones y los de Santiago de Lóquiz.
Trabajamos juntos en varios proyectos, Arantzaduia94 uno de ellos, en un intento de recuperar la historia y la cultura del valle.
Estuvo en ello siempre, hasta que le faltaron las fuerzas.
Y lo cuento.
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